A medida que el otoño llega a su fin y diciembre se asoma a la puerta, en el colegio hemos aprovechado al máximo esta temporada para trabajar la estimulación sensorial con nuestros niños. A través de actividades divertidas y creativas, los peques han manipulado elementos típicos del otoño activando todos sus sentidos: el tacto, el olfato, la vista y el oído. Mientras juegan, experimentan y se divierten, mejoran su coordinación y concentración.
Ver a los niños disfrutar y sumergirse en esta experiencia sensorial es un recordatorio de cómo, a través de los sentidos, los pequeños pueden conectar profundamente con su entorno y aprender de manera divertida y natural. ¡El otoño nunca fue tan emocionante!
Ahora que comenzamos diciembre y nos acercamos a las festividades navideñas, ya estamos pensando en nuevas formas de seguir estimulando sus sentidos con las maravillas de la Navidad.
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