La fecha de la celebración de este Día no es casual, sino que se rinde homenaje a Iqbal Masih (un niño esclavo paquistaní de 12 años) que fue “cedido” por su padre con cuatro años a un fabricante de alfombras a cambio de un préstamo de 600 rupias (12 dólares) y que fue obligado a realizar jornadas de más de 12 horas diarias de trabajo, muchas veces encadenado a un telar, y que era golpeado o castigado si se dormía o despistaba. En el año 1992 logró escapar de su esclavitud y se dedicó a denunciar la situación en la que vivían muchos de los niños de su país con el apoyo del sindicato Bhatta Mazdoor Mahaz (Frente de los trabajadores del ladrillo) hasta que fue asesinado en 1995 por las mafias de los fabricantes de alfombras.
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